Beneficios y requisitos de la
realidad aumentada aplicada a la educación
Pese a lo cotidiano de su uso como parte de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), el término realidad aumentada (RA) sigue siendo relativamente desconocido para al menos una parte de la ciudadanía. A grandes rasgos, la RA consiste en la sobreimpresión de uno o varios elementos virtuales en tiempo real, gracias a la cámara de un dispositivo TIC cuya pantalla se convierte así en lo que ha venido a llamarse realidad mixta. Como os hemos comentado en posts anteriores, existen diferentes funcionamientos de la RA, pero la facilidad de su uso, y lo vistoso de sus efectos, han hecho de esta herramienta una forma de entretenimiento que no ha tardado en ser reapropiada desde el mundo educativo para utilizarla con fines estrictamente pedagógicos, muchas veces desde la gamificación de contenidos.
Un extremo que se ha visto acentuado con la pandemia sanitaria de la covid-19, y que ha impulsado la RA y otras formas de realidad mixta hasta convertirlas en algunas de las tendencias educativas más punteras de las previstas para este año 2021.
Realidad aumentada para tiempos de contención
A lo largo de estos últimos meses se han producido numerosos procesos de digitalización de muchas áreas de nuestras vidas con el objetivo, en muchas ocasiones, de garantizar tanto la distancia recomendada para evitar el contagio de la covid-19 como el buen desarrollo de actividades que, hasta hace apenas un año, llevábamos a cabo de forma mayoritariamente presencial. Dentro de este contexto, ya en curso desde antes de la pandemia pero que se ha visto vertiginosamente acelerado con su irrupción, la RA ofrece numerosas ventajas en entornos hoy tan obligatoriamente contenidos en algunas de sus actividades más habituales, como puedan ser las escuelas y centros educativos, y que os enumeramos a continuación:
Como suele ocurrir con todo lo relacionado con las tecnologías más o menos relacionadas con lo virtual, la RA es una herramienta muy motivadora para el alumnado, ya que su capacidad para dotar de información suplementaria (ya sea en formato escrito o audiovisual) a contextos reales puede incentivar el aprendizaje significativo y la curiosidad de alumnos y alumnas.
Como se ha demostrado en sus diferentes implementaciones en materias relacionadas con la biología o la historia, la RA permite una mayor y mejor comprensión de cuestiones quizás complejas sobre el papel, pero que resultan más fáciles de entender gracias a simulaciones virtuales que ejemplifican claramente lo que se pretende enseñar.
Relacionado con lo anterior, y dentro de los límites ofrecidos por entornos virtuales en este sentido, la RA ofrece un aprendizaje basado en la experiencia simulada carente, debido a su naturaleza virtual y para lo bueno y lo malo, de las consecuencias y responsabilidades inherentes a lo real.
En un contexto como el actual, en el que muchas (si no todas) de las salidas educativas fuera de los centros que solían hacerse regularmente o iniciativas relacionadas con el aprendizaje situado se han visto limitadísimas por motivos sanitarios, la RA ofrece la posibilidad de ampliar parte de la información disponible en las aulas sin necesidad de desplazarse fuera de ellas. Su utilización como complemento de visitas a espacios naturales u otros como museos, que ya se daba con anterioridad a la pandemia, supone ahora un valor añadido fundamental del uso de esta tecnología